
La mayoría de las personas dejan su práctica del yoga (o ni siquiera la comienzan) por falta de horas en su día. Para darles un poco de razón, casi siempre los estudios ofrecen clases de más de 60 minutos, lo que su pone una inversión de tiempo grande para muchos. Pero lo que pocos nos dicen, es que para recibir los beneficios del yoga no necesitamos mucho más que nuestra disposición, ¡y eso sin duda lo tenemos! Además podemos hacerlo tranquilamente desde casa.
El tiempo no es lo más importante
Con mi última afirmación, quiero aclarar que el yoga físico es solo una parte de los ocho pasos que significan esta filosofía de vida. Entonces, si sabemos que el yoga, además es una buena respiración, es presencia, es consciencia y es atención, ¿por qué no incorporarlo a cada cosa que hacemos? No es necesario pararte sobre el mat para practicarlo.
Si cuando trabajas lo haces con entrega, haces yoga. Si cuando estás con tu familia, disfrutas el tiempo y pones toda tu atención en ellos, haces yoga. Si cuando caminas por la calle eres consciente de lo que estás sintiendo y te escuchas, haces yoga.
El yoga es algo más que hacer ejercicio
Cuando nos reencontramos esa conexión interna que tenemos con nuestra esencia, o con lo que tus creencias te permitan –conexión que a veces olvidamos-, hacemos yoga. Porque al final las posturas y el resto de los pasos del yoga lo que quieren es que encuentres ese estado de consciencia superior, de plenitud. No es una cuestión de ser creyente o no, esta filosofía recibe y acepta todas las formas de pensamiento, no se practica el yoga para saber más del yoga, se practica para saber más de ti misma. Y en este caso, me atrevo a preguntar, ¿no tienes tiempo para hacer yoga? Estoy segura de que sí.
Finalmente, si continuaste leyendo hasta acá, y además te interesa incorporar el yoga físico en tu rutina, no tienes por que correr a un estudio. Te prometo que con 10 saludos al sol cada mañana y un par de minutitos sentada, respirando y sintiéndote bastarán para experimentarlo y ponerle un mood diferente a tu día.
Puedes ver el pequeño vídeo ilustrativo del saludo al sol para guiarte, pero también te dejo el paso a paso detallado.
Los 12 pasos del saludo al sol
- Postura de oración: Ponte al inicio del mat, mantén los pies juntos, expande tu pecho y relaja tus hombros. Mientras inhalas, levanta ambos brazos desde los lados y al exhalar, junta las palmas de las manos frente al corazón, en posición de oración
- Postura de los brazos levantados: inhala, levanta los brazos hacia arriba y hacia atrás. El esfuerzo está en estirar todo el cuerpo desde los talones hasta las puntas de los dedos
- Postura de manos a pies: exhala e inclínate hacia adelante desde la cintura, manteniendo la columna vertebral erguida. Baja las manos al suelo al lado de los pies. Dobla las rodillas, si es necesario, para que las palmas toquen el suelo.
- Media postura de manos a pies: inhala alargando la espalda y abriendo el pecho hacia delante, buscando un ángulo de 90 grados entre torso y muslos. Si no puedes hacerlo con tus manos en el suelo, tómate las tibias para lograrlo
- Plancha o tabla: exhala y lleva ambas piernas atrás. Mantén los brazos perpendiculares al suelo.
- Plancha baja con o sin apoyo de rodillas: suavemente continúa con la exhalación hasta que flexiones los codos a 90 grados, con o sin rodillas apoyadas
- Postura de la cobra o perro arriba: deslízate hacia adelante y levanta el pecho hacia arriba. Los hombros tienen que quedar alejados de las orejas. Inhala y empuja el pecho hacia adelante
- Postura del perro abajo: suelta el aire y levanta las caderas y el coxis hacia arriba. El pecho queda hacia abajo en una postura de ‘V invertida’ (/ \). Si puedes, intenta mantener los talones en el suelo.
- Repite la media postura de manos a pies: esta vez inhala regresando a la parte delantera del mat, alargando la espalda y abriendo el pecho hacia delante, buscando un ángulo de 90 grados entre torso y muslos. Si no puedes con tus manos en el suelo, tómate las tibias para lograrlo
- Repite la postura de manos a pies: esta vez exhala y lleva la frente hacia tus tibias
- Repite la postura de tus brazos levantados al cielo: respirando, desenrolla la columna hacia arriba. Una vez recto, sube las manos al cielo e inclínate un poco hacia atrás, empujando las caderas hacia afuera. Tus bíceps tienen que estar al lado de tus orejas.
- Postura de la montaña: al exhalar, estira el cuerpo y luego baja los brazos a los costados. Relájate en esta posición y observa las sensaciones en tu cuerpo.
Son doce pasos para un saludo al sol que no te quitará más de 10 minutos de tu día y te regalará mucha calidad y buen rollo, ¡no dejes que la “falta de tiempo” sea más un impedimento para conectar contigo.